Hoy os traemos este vídeo genial del canal de Hugothester, donde nos relatan la batalla de Gaugamela del 331aC donde Alejandro Magno se enfrentó a Darío derrotando al imperio persa.
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Tropas que se enfrentaron en Gaugamela
Gaugamela está en la ribera del río Bumodos. En la batalla se enfrentaron el ejército persa, a las órdenes de su rey Darío III, y el ejército macedonio, bajo el mando de Alejandro Magno. Darío eligió esa localidad porque era una amplia llanura que favorecía a sus numerosas fuerzas montadas. Esta batalla marcó el final del Imperio Persa y es considerada una obra maestra en la táctica militar y la mayor victoria de Alejandro. Como ocurre frecuentemente con el tamaño de los ejércitos que combatieron en la época antigua, los historiadores modernos dudan de las cifras dadas por los historiadores antiguos.
Según Arriano, el ejército persa estaba compuesto por 40000 jinetes, 1000000 de infantes, 200 carros armados con guadañas y unos cuantos elefantes de guerra.
Los historiadores modernos han estimado que el ejército persa estaba compuesto por unos 250000 combatientes. Aunque siguiendo datos modernos se puede estimar que de esos 250000 combatientes, tan sólo 92000 eran soldados propiamente dichos.
Entre los soldados profesionales el ejército persa contaba con 5200 mercenarios griegos y 10000 infantes pesados, en la época denominados Inmortales (nombre que recibían puesto que al morir uno, otro tomaba su lugar, dando el efecto de ser siempre 10000). Además, unos 20000 caballeros eran considerados propiamente como caballería pesada profesionalizada, el resto de los guerreros se consideran reclutas ocasionales con cierto entrenamiento: arqueros y caballería ligera.
Otros 22000 combatientes fueron campesinos reclutados a toda prisa y prácticamente sin entrenamiento, por lo que su importancia militar fue escasa y ni siquiera llegaron a combatir. En cuanto al ejército de Alejandro, sumaba 7000 jinetes y 40000 infantes.
La caballería pesada de élite de Alejandro, los Hetairoi (Compañeros) estaba formada por la nobleza macedonia, que acompañaba a Alejandro en esta batalla y fueron el factor decisivo en la batalla. El resto de la caballería se dividía en jinetes tesalios (pesados), caballería tracia (ligera) y algunos jinetes griegos. La infantería de Alejandro se dividía en pesada, la falange y la infantería ligera, tracios, agrianos (estos últimos lanzadores de jabalinas que destrozaron a los carros en esta batalla) y hoplitas griegos que intervinieron para cubrir la retaguardia de la falange.
Desarrollo de la batalla de Gaugamela
El primero en mover ficha y por tanto en iniciar la Batalla de Gaugamela, fue Alejandro Magno, quien envió a su infantería en un ataque diagonal hacia el flanco derecho persa. Las imponentes tropas de Alejandro se movían en forma escalonada, avanzando entre la tierra levantada por formaciones de miles de hombres.
Una caballería de élite, temida en todos los rincones del mundo, seguía a tan imponentes formaciones. La marcha a la batalla no duraría mucho, pues Darío pronto respondería a tal provocación. Darío había situado sus tropas delante de las de Alejandro, pero nunca había visto una formación que avanzase en diagonal y con varias líneas defensivas, esto escapaba a su comprensión. Pero no tenía tiempo para meditar, pues Alejandro le había recortado terreno y estaba tomando una posición ventajosa para la batalla, a pesar de que Darío había sido quien eligió el lugar. Para contrarrestar este ataque, apoyado en su superioridad numérica, ordena un ataque envolvente contra la ofensiva macedonia, enviando su caballería al flanco derecho macedonio y atacando a su vez con sus carros por el flanco izquierdo.
Alejandro responde al ataque quedándose junto a sus tropas y enviando a algunos de sus mejores jinetes a luchar contra los caballos persas. La caballería macedonia se había hecho famosa en todo el mundo por su calidad, así pues, enfrentarse a un ejército macedonio sin una caballería igual de potente era un suicidio. Los persas lo sabían, y habían elaborado la creación de una caballería casi tan potente como aquella de Macedonia. Así pues se produce una encarnizada batalla entre la caballería de compañeros y la caballería persa que se prolongaría durante toda la duración de la batalla de Gaugamela. Los historiadores no se pronuncian sobre el resultado de esta pequeña contienda que se produjo aislada en el campo de batalla.
Darío, tras ver esto, envía refuerzos a la lucha y ordena a sus carros de combate atacar a la infantería macedonia para desorganizarla. Al mismo tiempo, Alejandro, envía a sus falanges a marchas forzadas con el objeto de entablar combate lo antes posible mientras, a su vez, gira el flanco izquierdo de estas previendo una posible carga persa. Como se puede ver en el vídeo, un ángulo de unos 30 grados protege el flanco izquierdo del ejército de Macedonia, permitiendo una reacción rápida ante un ataque de carros o caballería, como ocurriró.
Mientras Alejandro preparaba su maniobra Darío estaba ocupado enviando caballos para reforzar el flanco izquierdo del ejército persa – flanco derecho del macedonio – donde se había montado la «melee» de caballería. Así, cuando los carros se aproximan a la vanguardia de las filas macedonias, ocurre el desastre, y son sorprendidos con una lluvia de flechas y jabalinas que produce una gran cantidad de bajas.
Para acabar con los restantes, la falange macedonia perfectamente ordenada, recibió de frente a los desorganizados carros y se abrió dejando pasillos por el que pasen los carros que fueron a parar a una segunda fila de infantería pesada macedonia que dio buena cuenta de ellos.
Los hoplitas de Alejandro, por su lado, aprovecharon la situación para cargar con sus compañeros en falange, y mientras este combate se llevaba a cabo, rodear con su caballería por su flanco derecho y cargar contra la desprotegida infantería Persa, que ve cómo cae a toda prisa uno de sus flancos, por la táctica del yunque y el martillo.
La falange macedonia
A comienzos del reinado de Filipo II, Macedonia no era un país rico ni podía, por tanto, equipar a sus soldados profesionales con armamento pesado, que era costoso, como el de los hoplitas. Filipo formó la falange de la siguiente manera: la dotó de piqueros ligeramente protegidos, cuya arma principal era la sarissa.
Esta era una larga pica que portaban todos los falangistas. Tenía una longitud de cinco a seis metros de media y llevaba en las extremidades puntas de bronce; la extremidad inferior tenía añadidos cuatro topes para plantarla en el suelo y poder soportar una carga de caballería Debido a su longitud, la sarissa estaba dividida en dos partes, que había que unir antes de la batalla; para manejarla se requerían ambas manos y no permitía la utilización del aspis koil , el escudo hoplita, que fue reemplazado por un modelo más pequeño que se llevaba colgado del brazo.
El casco era de hierro y el modelo más común era de forma cónica, cuya punta era redondeada e inclinada hacia el frente, al estilo de un gorro frigio; las protecciones de las mejillas (carrilleras) podían ser articuladas gracias a charnelas. La coraza era exclusiva de los oficiales y podía estar fabricada de hierro.
En formación de combate, los piqueros de la primera fila blandían la sarissa de forma totalmente horizontal, sujeta a unos 4,50 metros de su extremidad, y el ángulo de inclinación de la sarissa iba aumentando fila tras fila, de modo que las últimas la portaban de forma casi vertical. Cada combatiente estaba situado a una distancia de alrededor de un metro de su compañero de fila. Las cuatro filas siguientes, distantes cada una un metro, portaban las picas de la misma manera, lo que daba a la falange su característico aspecto de cuerpoespín.
Las lanzas de las cinco primeras filas emergían en la avanzada de la falange y alcanzaban a cualquier enemigo que se presentase. En el vídeo se muestra cómo la caballería de Alejandro rodeó fácilmente a los persas por el flanco derecho, introduciéndose por la parte trasera del ejército de Darío.
El final de la batalla de Gaugamela
Sin embargo, lejos de donde los caballos seguían luchando, había quedado un hueco entre las dos falanges de Alejandro Magno. Y es aquí donde, tras quedarse sin carros y temeroso de una posible derrota, Darío comete un error fatal, ordena una carga general de su caballería contra las tropas de Parmenio situadas en la izquierda, con el mismo fin que el ataque de los carros, desorganizar a las tropas macedonias y abrir brecha para aprovechar su ventaja numérica.
Los caballos sufren el mismo destino que los carros, la apertura calculada de la formación macedonia deja entrar a los caballos que buscaban a Alejandro, el cual se encontraba liderando la caballería muy lejos de allí, y son sorprendidos por la segunda línea de falanges de hoplitas, que les encierra teniendo como resultado una carnicería Darío, ante la posibilidad de una derrota, decide huir siguiendo la premisa de Vive para luchar otro día.
Emprende la retirada, y con él se marcha la moral de sus tropas, que, absolutamente desorganizadas, comienzan a huir en todos los sentidos. Esta batalla pasaría así a la historia como la más bella obra creada por el genio militar que era Alejandro, que, encontrándose ante un ejército infinitamente superior, logró obtener la victoria con tan solo 5000 bajas, mientras que el ejército persa sufrió más de 40000.